viernes, octubre 26, 2007

La Pesquisa



Policial entretenido, me gustó bastante, teniendo en cuenta que no suele ser mi género favorito, pero lo leí por recomendación de Juancho.

La trama de "La Pesquisa" está enmarcada dentro de otra, la de Pichón Garay, del que fragmentariamente aprendemos es un argentino radicado en París hace años, y viaja a la Argentina con la excusa de resolver la venta de unas casas. Un viaje por el Paraná hasta Santa Fé le da la ocasión para narrar la historia principal, que según él, es un relato verídico.

La articulación de las historias resulta, tal vez intencionadamente, bastante chocante... tal vez sea por ser la primera novela de Saer que leo, ya que aparentemente Pichón Garay es un personaje recurrente. Aunque su historia es interesante, el conflicto queda planteado sólo a medias y sin descenlace, no se complementa en nada con la historia principal. Tal vez en el marco del resto de las novelas tenga más sentido, pero en todo caso, no debería olvidarse tanto de las partes en beneficio del todo, pienso yo.

El estilo de narrar requiere gran atención y un buffer mental importante, ya que las descripciones de lugares, personajes, pensamientos y sensaciones es de gran detalle. En algunos momentos resulta un poco forzadamente ampuloso. En otros da muy buenos logros.

Nos metemos entonces en la historia principal, done el detective Morván encabeza la investigación de un asesino serial, que en pleno desafío, circunscribe su sistemático asesinato sanguinario de viejecitas parisinas, a un radio cada vez más cercano al cuartel de la brigada especial montada especialmente para atraparlo.

El laberinto al que nos lleva Saer, siguiendo a Morván y a sus colaboradores cercanos, nos lleva tanto a la mente policial como a la mente criminal. La historia es atrapante y un par de vueltas de tuerca sorprenden y atan cabos sueltos cuando uno ya piensa que está todo dicho.

"Hubiese querido estar más concentrado mientras estudiaba, manipulándolo con cuidado, el dactilograma, pero el interés un poco indiscreto con que lo observaban los demás, aunque no hubiese cruzado una sola mirada con ellos, lo distraía. El papel de árbitro que los dos bandos habían decidido acordarle lo perturbaba hasta tal punto que le hacía perder la exactitud y, peor todavía, hasta la sinceridad de sus juicios."

"La lancha salió del Ubajar - 'Es casi tan ancho como el Sena a la altura del Pont des Arts y por acá todo el mundo lo llama arroyo', ha pensado Pichón mientras iban dejándolo atrás-"

"En contraste con la piecita de la entrada, en el salón de estar reinaba un desorden que, para ser preciso, tendría que calificar de encarnizado. El azar puede ser devastador, pero nunca es metódico ni meticuloso. (...) Morván sabía que la puesta en escena que se desplegaba en la habitación tenía un sentido para el que la había organizado, pero ese sentido nunca se haría evidente a nadie que no fuese su propio organizador."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todavía no me inicié con Saer. Cuando lo haga, te cuento.