viernes, septiembre 08, 2006

ECOS DEL RIJKSMUSEUM

Como buenos bichos de museos uno de los objetivos en Amsterdam era el Rijksmuseum. Quería aprovechar para empezar a ir conociendo mejor lo que podriamos llamar "segunda linea" de pintores holandeses y flamencos. Me gustan especialmente porque fueron de los primeros en pintar paisajes y temas cotidianos (con lo de la Reforma...) Particularmente pintorescos me resultan los paisajes nevados y rios congelados con toda la gente del pueblo divirtiendose, trabajando, etc.

La obra escogida para ser presentada ante Vuestras Mercedes:

Hendrick Avercamp - "Paisaje de Invierno" del 1608 - Óleo sobre lienzo. 87,5 x 132 cm




Aunque el conjunto de la escena de por si ya me gustó mucho, la minuciosidad de los personajes requiere bastante atención (que por mucha disposición que se tenga en un museo tiende a escasear). Además de que va bien que en algún lado te cuente que está haciendo fulano o que significa o es el coso ese.

A ver, que notar a la gente patinando, o un mendigo, no cuesta tanto. Otros mirando un poco se nota que están trabajando





Pero es divertido que te hagan notar el caganer, o que te digan que con certeza esas cosillas color piel que asoman de la tienda son culos de una pareja "en el acto". Y los dejo con la firma de don Hendrick. Como ya saben los grafittis vienen de hace tiempo. En este caso dejó un 'Haenricus Av' en una de las casas.


3 comentarios:

Nuri148 dijo...

Muy interesante pero... ¿dónde está Wally?

Te amo...

Anónimo dijo...

Es cierto que esos cuadros con retazos de la vida cotidiana son deliciosos. Y también que en una visita clásica a museo uno no se da el tiempo necesario para apreciar los detalles, aunque más no sea por no estar tanto tiempo de pie inmóvil. Pasa algo parecido con los enormes cuadros alargados de la guerra del Paraguay de Cándido López. Besis

Lau dijo...

Hace bastante tiempo, yo tendría unos 7 u 8 años, una vecina mía, amiga de mamá (esto de decir amiga de mamá es medio Recoleta, ¿no?) me prestó un libro que había comprado durante su luna de miel en las Europas. Se llama El plato de polenta, sus autores Pieter Brueghul y Giovanni Gandini. Sus ilustraciones, muy similares al cuadro de este museo, me fascinaban.
Beso