sábado, julio 19, 2008

Momento Proustiano

Durante la semana poco vi de Budapest, yendo del hotel a la planta y de vuelta. Aunque el hotel esta bastante en el centro, esta de todas formas un poco lejos del Danubio y la parte vieja. Eso si, aunque sea por los alrededores, cena y bar después es más o menos la rutina diaria.

Fue así que un día me encontré con un anticipado efecto “Magdalena de Proust” cuando vi entre los postres de un menú “isla flotante húngara”. Imagine que tenía que ser el postre que muchas veces hizo mi iaia Julia, de una receta de su suegra (mi bisabuela), y que hace unos cuantos años no probaba.

Lo curioso es que en mi caso, a la inversa de Proust, no fue el sabor el que disparó la búsqueda del recuerdo, sino que el recuerdo salió en busca del sabor. Tenía una clara imagen visual del postre, y un recuerdo gustativo más o menos exacto de la “isla”, pero me faltaba una pieza importante… la parte “flotante”.

Busqué ansiosamente ese recuerdo gustativo que completara el círculo, un eterno viaje a Olivos en el 59, un almuerzo familiar, el postre en la mesa, la cuchara que se roba un trozo de “isla”, junta un poco de “mar”… y… y…

Llega el postre a la mesa, ya no quedan dudas. Con ansiedad me apuro a reencontrarme… el tiempo y el recuerdo necesitan la pieza faltante, el sabor perdido…

(mmmmmmmmm)

Ahora si.

UPDATE: Momento Prousiano en Ratatouille (gracias Nuri!)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo, qué grato recuerdo! Lo que es la memoria de cada uno, porque en realidad ése no era un postre que la iaia hiciera mucho, yo más bien lo tengo de recuerdo de lo de mis abuelos en La Plata. Pero se vé que por algún motivo te impactó en alguna ocasión, tal vez ese raro nombre de isla flotante. Así que te acordás de los larguísimos viajes en 59 hasta Olivos? Te acordás también que para entretenerlos (a vos en particular, Andri era mucho más chico) buscábamos el abecedario, en orden, en los carteles que pasaban ante nuestra vista por la ventanilla del colectivo? Al llegar a la Ñ había que esperar hasta Barrancas, un local de comidas Ña Serapia. Y la LL ya no me acuerdo dónde.
Yo creo que comiendo en Budapest estaría en mi salsa literalmente, porque muchas son las comidas de esa zona que hacían mis abuelos, todo un cocktail húngaro-alemán. Y eso de las memorias gustativas infantiles es bien así. Me pasó algunas veces, como con una mermelada de higos, ya no sé dónde fue, tal vez el otro año en Salta, que me retrotrajo al sabor exacto de la que hacía mi opi con los higos que Vivi y yo bajábamos de la higuera del baldío de al lado de la casa de ellos, donde siempre pasábamos enero y febrero las dos. Y encima nunca me gustaron los higos frescos, pero ese dulce me encantaba.

qfwfq78 dijo...

Claro! Ña Serapia es un clásico.

Unknown dijo...

Lindo recuerdo!

Yo tenía un libro, no me acuerdo bien el nombre pero era algo así como "Cocinando con Marcel Proust" y eran todas unas recetas bárbaras.

Lo curioso es que el libro lo encontré haciendo limpieza de la biblioteca de Haedo, después de que muriera mamá; y adentro del llibro había recortes de diario cortados bien prolijos y plegados en ángulos perfectos de los comentarios que salían del libro. Eso es tan de casa, digo, lo de los recortes de diario! Me acuerdo que me dio una sensación de sorpresa invaluable.

Cuando me mudé a Montreal lo perdí de vista, y todas las veces que volví lo busque desesperadamente sin éxito. Una pena porque había una sopa de berros impresionante. Y también tenía una receta de unas langostas "pescadas al atardecer de un día nublado" sic. que siempre me llamó mucho la atención.

Bueno, aunque no sea el atardecer ni esté nublado nos vamos al río, a ver si pescamos algunas truchas o "wananish" (una variedad de salmón) y las hacemos (hace) a la Andy...

Anónimo dijo...

Ahh... los recuerdos. La isla flotante era un postre favorito de opi Kornel, que la iaia muy poco seguido hacía porque realmente daba trabajo. Había que seguir fielmente la receta de mi omi (tu bisabuela húngara) para que realmente fuera una Isla Flotante, digna herencia de la tradición familiar.
Estando en Budapest encontré mil disparadores de recuerdos, desde el acento en la voz de la viejita donde estaba alojada que era igual al de omi, las carpetitas bordadas que eran las que omi y tía Blanca habían bordado y repartido por su casa, el estilo de los muebles, etc.
Acercate a algún café antiguo, donde seguramente se respirará el aire del antiguo estilo húngaro.

Anónimo dijo...

Anónimo es Vivi

Nuri148 dijo...

Quise buscar la escena de Ratatouille donde Anton Ego prueba el ídem, pero no la encontré en Youtube. El momento parece ser tal cual.

qfwfq78 dijo...

Lo pense... no lo puse antes porque es bastante más largo, pero la parte que decis está al principio

http://www.youtube.com/watch?v=JDK2azVSE5Q

Nuri148 dijo...

Lo pedís, lo tenés:

http://www.youtube.com/watch?v=efqUiDU9Gcs

(puede q no te salga enseguida pues está recién cargado... pero el código para incrustarlo ya está disponible)