Llegamos ayer de una semana de paseo por Escocia. Esta vez no hice ningún post en el camino así que ahora tratare de ponerme al dia.
Llegamos a Edinburgh el lunes pasado por la tarde. La fuerte lluvia que se largó apenas comenzamos a pasear por la ciudad me hizo temer lo peor, pero fue breve y a partir de ahi fue más que aceptable. Almorzamos en un pub cerca del hotel, el Conan Doyle, donde se comía bueno y barato fish and chips y las más escocesas haggis, tatties and neeps (una especie de morcilla con papas y nabos). Nos gustó y luego repetiríamos alguna otra comida allá.
Dimos una primera vuelta de reconocimiento. La ciudad es patrimonio de la humanidad, tanto la parte vieja como la ciudad nueva, que fue uno de los proyectos pioneros en europa de ampliaciones planificadas de una ciudad. Entramos en la National Gallery of Scotland, que se encuentra en los jardines que separan la zona vieja de la nueva. Los jardines (Princes Street Gardens) son bastante bajos, porque antiguamente era un lago, el Nor' Loch, que dragaron justamente durante la ampliación (que por lo que dicen estaba muy contaminado). Así, lo que lo más conveniente para cruzar de una a otra parte, es ir por alguno de los puentes.
La zona vieja es linda para pasear, sobre todo la calle central (High street), llena de comercios y bares, sube por la colina que culmina en el Edinburgh Castle. Allí termina abruptamente la colina en un acantilado, con vista impresionante sobre el resto de la ciudad.
Al castillo entramos el martes por la tarde (por la mañana fuimos al duo de museos de arte moderno). De camino, desde abajo, nos sorprendió que había muchisima gente. Luego escuchamos por que, a la una exactamente sonó un cañonazo, el one o'clock gun, que según Nuri me contó es famoso. El edificio más antiguo que se conserva es del siglo XII, la St Margaret Chapel. Vimos las joyas de la corona escocesa, y nos enteramos un poco más de los vericuetos que llevaron a la unificación con la corona inglesa en el siglo XVII. Al salir del castillo dimos alguna vuelta (yo como siempre aproveché para hurgar librerías), y escuchamos algunas historias de fantasmas en el Mary King's Close (ese relato se lo dejo para Nuri, que confío hará su reseña).
El miércoles fuimos al Museo de historia de Escocia, situado en un edificio moderno e interesante pero bastante poco funcional en distribución, lo que sumado a una pobre señalización hacia de un recorrido ordenado una misión imposible. De todos modos el contenido era bueno y pasamos un buen rato. Almorzamos en una iglesia reconvertida en restaurante, The Lot en la plaza Grassmarket, al pie del castillo. Por la tarde bajamos hasta el principio de High Street, donde no pudimos entrar al Palacio real de Holyrood, tal vez porque estuviera la reina (es el que usa la corona británica hoy en día). Donde sí pudimos entrar es en el interesante Parlamento Escocés, del arquitecto catalán Enric Miralles (entramos brevemente mientras estaban en sesión). Escocia logró en 1999 volver a tener un parlamento propio.
Por la tarde hicimos merienda en un salón de té y descansamos un poco, preparándonos para el viaje hacia el norte.
lunes, mayo 25, 2009
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3 comentarios:
Ay, qué recuerdos, por todos esos maravillosos lugares deambulý yo hace 10 añitos ya: quiero volver!!!!
Parece una preciosura la ciudad, no tenía idea de que era patrimonio de la humanidad. Muy lindo el pub del primer almuerzo, tan british. Y eso de hacer un restaurant en una ex iglesia también me encantó. Cuando hayas puesto todas las fotos, avisá. Se esperan las crónicas de fantasmas de Nuri.
Lo suyo, señor mío, es chantaje.
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