sábado, enero 15, 2011
Lecturas diciembre '10
The Man in the High Castle
Philip K. Dick
[1962]
The Man in a High Castle nos lleva a una linea temporal diferente, en la que el Eje ganó la Segunda Guerra Mundial, y los EEUU están ocupados por Alemania y Japón. Es el segundo libro de Dick que leo, y a parte de algunos detalles menores, me gustó mucho.
I know you, East Americans, she thought. You like the big time. Dreaming your big schemes. This is just the sticks to you, the Rockies. Nothing has happened here since before the war (...) and all the smart boys have flocked east to New York, crossed the border legally or illegally. Because, she thought, that's where the money is, the big industrial money. The expansion. German investment has done a lot
This is an interval, ein Augenblick. The cosmic process is hurring on, crushing life back into the granite and methane; the wheel turns for all life. It is all temporary. And these - these madmen - respond to the granite, the dust, the longing of the inanimate; they want to aid Natur.
And the I Ching, when Mr Tagomi had consulted it, had fortified his insight (...) Mr Baynes was not what he seemed; that his atual purpose in coming to San Francisco was not to sign a deal for injection moulds. That in fact, Mr Baynes was a spy.
El conquistador
Federico Andahazi
[2006]
Estoy algo saturado de las historias de héroes improbables y sus mágicas travesías de "autosuperación". Esta le pega en el poste. La historia tenía potencial para más, pero Andahazi se estanca con personajes muy simples y chapucerías narrativas para atar la historia. Por otro lado tampoco es ilegible; hasta es incluso entretenido en varios tramos. Ahora... de ahí a un premio (Planeta, o el que sea...) hay un trecho que no se comó se llenó.
Lo que sigue es la crónica de los tiempos en que el mundo tuvo la oportunidad única de ser otro. Entonces, quizá no hubiesen reinado la iniquidad, la saña, la humillación y el exterminio. O tal vez sólo se hubiesen invertido los papeles entre vencedores y vencidos. Pero eso ya no tiene importancia.
Los sacerdotes comenzaron la danza ritual ante la multitud reunida alrededor del centro ceremonial que, enfervorizada, gritaba el nombre del Dios de la Guerra. Por fin recostaron al niño sobre la superficie pulida y uno de los sacerdotes levantó su brazo empuñando el cuchillo afilado.
Etiquetas:
literatura
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1 comentario:
De Andahazi leímos un par, los primeros, y no me quedaron muchas ganas de reincidir.
Lo del eje ganando la guerra parece interesante como ejercicio imaginativo, me parece que ví algo sobre ese libro. Lo leería.
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