sábado, enero 23, 2010
Mudmen
Al llegar, no noté nada que distinguiera el lugar de ninguno de los tantos otros valles selváticos atravesados. Sentí que perdía el único motivo que aún tenía para seguir en pie, sin poder encontrar fuerzas para más. Me sentí incluso iluso, por haber tenido siquiera expectativas y no haberme dado por vencido mucho antes.
Al fin y al cabo ¿por qué habríamos de haber esperar algo diferente? Esa marca absurda y aleatoria en el mapa, Obscured by Clouds… ¿Por qué estúpida razón habría de significar algo diferente de una casual posición de nubes durante un vuelo de reconocimiento?
Yo acepté integrarme a la expedición, más por el viaje en sí que por el objetivo, aunque no voy a negar el sutil pero poderoso efecto estimulante de lo desconocido. De hecho, de algún modo, consiguió mantenerme en pie hasta hoy. Eso si… por el mismo efecto, hoy, volver hacia atrás me resultaría tan insoportable e inútil como seguir avanzando en cualquier otra dirección aleatoria.
Hace varios días que ya no me quedan provisiones. Por desconocimiento y temor paso días enteros sin comer. Cuando la desesperación por hambre supera mi temor de envenenamiento, me arriesgo brevemente con algún fruto desconocido. Mi suerte hasta el momento no ha sido nunca fatal, pero sí variada.
Queda en mi mente poco rastro de mis compañeros, que hoy son caras borrosas, a las que con suerte y esfuerzo logro aún asociar a un nombre. Más que individualmente, los recuerdo por grupos: los desertores, los que se perdieron, y los que enterramos.
Improvisé, desganado, un precario refugio, más por obligación que por convicción. El paso de los días se ha vuelto difuso. Estoy débil y dormito gran parte del día, tratando de ignorar el hambre, el calor y las diversas picaduras de insectos que me atormentan. Tengo un vago recuerdo de haber comenzado la expedición con la misma luna llena que ahora me acompaña. Sin embargo, no me fío, tal vez sea un recuerdo fabricado.
Ayer me visitaron los hombres de barro. No se me ocurre de que otra forma llamarlos. Llegaron con movimientos sutiles, como salidos de la propia tierra. Me pregunté que rito aborigen, que divinidad olvidada invocarían aquellas grandes máscaras que traían. No me espanté, tampoco intenté acercarme a ellos. Creo que estaba tratando de decidir, cosa que aún no he logrado, si se trataba de hombres reales, de un sueño, o una alucinación.
(...)
Ahí vienen de nuevo. Desde luego lo más impactante son las máscaras. Me pierdo hipnóticamente en sus rasgos, tratando de descifrar su secreto.
¿Serán acaso para espantar demonios? Fue lo primero que pensé. Algunos van armados de arco y flecha, pero su tranquilidad me transmite la sensación opuesta.
Tal vez las máscaras sean receptáculos para la personalidad, o las emociones. Me sorprenden los diferentes gestos, expresiones, los adornos de hueso.
Tal vez concentren el alma toda. Su presencia y poder hacen parecer a los raquíticos cuerpos como un accesorio torpe e innecesario.
Tal vez sólo sea que le este dando demasiadas vueltas a unas máscaras, tal vez imaginarias, que no sirvan para otra cosa que para lo mismo para lo que sirve una máscara cualquiera: para dejar de ser brevemente uno mismo y ser otro.
Pero ahora entiendo que está por terminar todo. Mi mente vuelve a ese mapa, a ese Obscured by Clouds, ahí, en el medio de la selva. Y aunque sigo creyendo firmemente en el azar, no puedo dejar de sonreír, diciéndome a mi mismo que se trató, de todos modos, de una coincidencia muy apropiada.
(…)
Ahora se que no voy a morir, que ahora puedo ser no solamente yo, desde ahora puedo ser a voluntad el otro, y no breve o siquiera alternativamente, sino por el tiempo que quiera y a la vez.
Un vértigo infinito pero breve acompañó la transformación, pero ahora… ahora, diría… podemos decir que ya nos estamos sintiendo más cómodos.
Discúlpenme, me falta una conjugación verbal apropiada, un yo/él/nosotros que recién estamos empezando a conocer nosotros mismos. Pero ahora lamentablemente debemos dejarlos, hay algo por hacer… ¿No es verdad?
Sí; tenemos mucha, mucha hambre.
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miércoles, enero 20, 2010
Nova - Hubble's Amazing Rescue
Nova
Hubble's Amazing Rescue
[2009]
Muy bueno este documental de la serie Nova, sobre la reciente misión de la NASA para reparar el telescopio espacial Hubble. En teoría fue la última visita de mantenimiento, incluyendo algún tipo de reparaciones que no se habían hecho con anterioridad.
En particular, me resultó interesante el contraste entre la alta teconología y la necesidad de improvisar con un "Rompé, Pepe, rompé". También otros detalles sobre como es trabajar en el espacio, que no había escuchado antes.
Hubble's Amazing Rescue
[2009]
Muy bueno este documental de la serie Nova, sobre la reciente misión de la NASA para reparar el telescopio espacial Hubble. En teoría fue la última visita de mantenimiento, incluyendo algún tipo de reparaciones que no se habían hecho con anterioridad.
En particular, me resultó interesante el contraste entre la alta teconología y la necesidad de improvisar con un "Rompé, Pepe, rompé". También otros detalles sobre como es trabajar en el espacio, que no había escuchado antes.
If I am trying to push this object, and I get this object moving... ok, it´s moving... but now, it starts to pull me.
Have I planned to have something to stop me from going that way? And if I have not... I'm gone
The best place to practice space walking is in Houston, Texas: the Neutral Buoyancy Laboratory.
200 feet long, 100 feet wide, 40 feet deep, 6 million gallons of water.
But even this is still a far cry from true weightlessness.
Water is zero buoyancy but it's not zero G. When I'm in space, I float inside the suit. It floats, I float.
It's what they call coreography, and it's all about time. (...)
All of those things add up to seconds, and minutes. And those minutes add up quickly to ten, fifteen, thirty minutes.
DREW:It's not truning!
Mass, the MTL [torque limitator] is slipping
MASS: Try without MTL at all
DREW: What are the implications if I over-torque and break the bolt?
MASS: You sure you want to know?
No replacements exist (...) The only hope is to try repairs in space. Something no one ever has done before.
(...) How do you remove 117 tiny screws that are weightless wearing clumsy gloves and guarantee that not one falls into the telescope? (...) They create remarkable new tools to fix Hubble
The tool, the light that would normally be on, it isn't working. There's going to be a big debrief to discuss that.
(...)
You know, we've spent all this time and money and effort to do this. But if I can't see the fastender, it don't matter 'cos it ain't gonna work!. (...) Of all this stuff we are doing... the thing I really need is a light!
Spacewalk number 3 includes the hardest job of the entire mission, repairing the advanced camera.
Card one is out!
This initial task, the one that has been almost trivial in every prep, you know, zip, zip, zip, zip.... one of the bolts is completely messed up.
That's not something we do in space, you know, we just don't break things off. There's all sorts of hazards to that.
(...)
Houston, are you ready for this?
The day after the final spacewalk, Hubble was released back into its own orbit.
It's been a stunning success. We've now got two new instruments, two repaired instruments, new batteries, new thermal blankets, new gyros, new guidance sensors... We have a new telescope!
Have I planned to have something to stop me from going that way? And if I have not... I'm gone
The best place to practice space walking is in Houston, Texas: the Neutral Buoyancy Laboratory.
200 feet long, 100 feet wide, 40 feet deep, 6 million gallons of water.
But even this is still a far cry from true weightlessness.
Water is zero buoyancy but it's not zero G. When I'm in space, I float inside the suit. It floats, I float.
It's what they call coreography, and it's all about time. (...)
All of those things add up to seconds, and minutes. And those minutes add up quickly to ten, fifteen, thirty minutes.
DREW:It's not truning!
Mass, the MTL [torque limitator] is slipping
MASS: Try without MTL at all
DREW: What are the implications if I over-torque and break the bolt?
MASS: You sure you want to know?
No replacements exist (...) The only hope is to try repairs in space. Something no one ever has done before.
(...) How do you remove 117 tiny screws that are weightless wearing clumsy gloves and guarantee that not one falls into the telescope? (...) They create remarkable new tools to fix Hubble
The tool, the light that would normally be on, it isn't working. There's going to be a big debrief to discuss that.
(...)
You know, we've spent all this time and money and effort to do this. But if I can't see the fastender, it don't matter 'cos it ain't gonna work!. (...) Of all this stuff we are doing... the thing I really need is a light!
Spacewalk number 3 includes the hardest job of the entire mission, repairing the advanced camera.
Card one is out!
This initial task, the one that has been almost trivial in every prep, you know, zip, zip, zip, zip.... one of the bolts is completely messed up.
That's not something we do in space, you know, we just don't break things off. There's all sorts of hazards to that.
(...)
Houston, are you ready for this?
The day after the final spacewalk, Hubble was released back into its own orbit.
It's been a stunning success. We've now got two new instruments, two repaired instruments, new batteries, new thermal blankets, new gyros, new guidance sensors... We have a new telescope!
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martes, enero 12, 2010
lecturas diciembre '09
El entenado
Juan José Saer
[1982]
La historia es como una versión extendida de las descripciones de indígenas de El informe de Brodie. Me gustó el relato, pero el final a mi gusto es demasiado abstracto y pretencioso, y le resta un poco. Saer no se esfuerza mucho en buscar un sustento "real" (o sea, hábitos, costumbres de los indios) para construir sus elaboraciones.
Muchos mueren sin haber nacido; otros nacen apenas, otros mal, como abortados (...) Entenado y todo, yo nacía sin saberlo y como el niño que sale, ensangrentado y atónito, de esa noche oscura que es el vientre de su madre, no podía hacer otra cosa que echarme a llorar.
El otoño del patriarca
Gabriel García Márquez
[1975]
En esta novela, al crear un dictador caribeño ficticio, García Márquez consigue todo lo que le falta a su posterior novela, El general en su Laberinto. La lectura no es sencilla, pero vale ampliamente el esfuerzo, navegar por el caos de personajes y puntos de vista que se entremezlan en los larguísimos párrafos. El mejor que lei de él... después de Cien Años de Soledad, claro.
Sólo cuando lo volteamos para verle la cara comprendimos que era imposible reconocerlo aunque no hubiera estado carcomido de gallinazos, porque ninguno de nosotros lo había visto nunca, y aunque su perfil estaba en ambos lados de las monedas, en las estampillas de correo, en las etiquetas de los depurativos, en los bragueros y los escapularios, y aunque su litografía enmarcada con la bandera en el pecho y el dragón de la patria estaba expuesta a todas horas en todas partes, sabíamos que eran copias de copias de retratos que ya se consideraban infieles en los tiempos del cometa, cunado nuestros propios padres sabían quién era él porque se lo habían oído contar a los suyos...
El cónsul honorario
Graham Greene
[1973]
De la colección Greene de Juancho, muy buena historia sobre un secuestro, con personajes algo apátridas, curas guerrilleros, etc. No se como será leerlo en el original en inglés, pero siendo que transcurre en algún pueblo indeterminado sobre el Paraná, la traducción le sienta perfecto.
-Hemos venido a la frontera con una misión. Mucha gente nuestra se sentirá desalentada si no pasa nada. En nuestra situación siempre tiene que pasar algo. Hasta el secuestro de un cónsul es algo...
-Un cónsul honorario -corrigió Plarr.
Man in the Dark
Paul Auster
[2008]
Creo que los próximos Auster que lea van a ser los pre-9/11 que tenga pendientes, Brooklin Follies todavía estaba bien, pero este bordea la cagada. Auster construye una historia que es interesante, pero de la que no puede salir airoso... y la termina inevitablemente MAL. Espero que se busque nuevas historias que no se construyan sobre la insípida premisa "Que malo que es Bush". Desde luego hay partes que valen la pena, pero se puede obviar.
The night is still young, and I lie here in bed looking up into the darkness, a darkness so black that the ceiling is invisible, I begin to remember the story I started last night. That's what I do when sleep refuses to come. I lie in bed and tell myself stories. They might not add up to much, but as long as I'm inside them, they prevent me from thinking about the things I would prefer to forget.
Juan José Saer
[1982]
La historia es como una versión extendida de las descripciones de indígenas de El informe de Brodie. Me gustó el relato, pero el final a mi gusto es demasiado abstracto y pretencioso, y le resta un poco. Saer no se esfuerza mucho en buscar un sustento "real" (o sea, hábitos, costumbres de los indios) para construir sus elaboraciones.
Muchos mueren sin haber nacido; otros nacen apenas, otros mal, como abortados (...) Entenado y todo, yo nacía sin saberlo y como el niño que sale, ensangrentado y atónito, de esa noche oscura que es el vientre de su madre, no podía hacer otra cosa que echarme a llorar.
El otoño del patriarca
Gabriel García Márquez
[1975]
En esta novela, al crear un dictador caribeño ficticio, García Márquez consigue todo lo que le falta a su posterior novela, El general en su Laberinto. La lectura no es sencilla, pero vale ampliamente el esfuerzo, navegar por el caos de personajes y puntos de vista que se entremezlan en los larguísimos párrafos. El mejor que lei de él... después de Cien Años de Soledad, claro.
Sólo cuando lo volteamos para verle la cara comprendimos que era imposible reconocerlo aunque no hubiera estado carcomido de gallinazos, porque ninguno de nosotros lo había visto nunca, y aunque su perfil estaba en ambos lados de las monedas, en las estampillas de correo, en las etiquetas de los depurativos, en los bragueros y los escapularios, y aunque su litografía enmarcada con la bandera en el pecho y el dragón de la patria estaba expuesta a todas horas en todas partes, sabíamos que eran copias de copias de retratos que ya se consideraban infieles en los tiempos del cometa, cunado nuestros propios padres sabían quién era él porque se lo habían oído contar a los suyos...
El cónsul honorario
Graham Greene
[1973]
De la colección Greene de Juancho, muy buena historia sobre un secuestro, con personajes algo apátridas, curas guerrilleros, etc. No se como será leerlo en el original en inglés, pero siendo que transcurre en algún pueblo indeterminado sobre el Paraná, la traducción le sienta perfecto.
-Hemos venido a la frontera con una misión. Mucha gente nuestra se sentirá desalentada si no pasa nada. En nuestra situación siempre tiene que pasar algo. Hasta el secuestro de un cónsul es algo...
-Un cónsul honorario -corrigió Plarr.
Man in the Dark
Paul Auster
[2008]
Creo que los próximos Auster que lea van a ser los pre-9/11 que tenga pendientes, Brooklin Follies todavía estaba bien, pero este bordea la cagada. Auster construye una historia que es interesante, pero de la que no puede salir airoso... y la termina inevitablemente MAL. Espero que se busque nuevas historias que no se construyan sobre la insípida premisa "Que malo que es Bush". Desde luego hay partes que valen la pena, pero se puede obviar.
The night is still young, and I lie here in bed looking up into the darkness, a darkness so black that the ceiling is invisible, I begin to remember the story I started last night. That's what I do when sleep refuses to come. I lie in bed and tell myself stories. They might not add up to much, but as long as I'm inside them, they prevent me from thinking about the things I would prefer to forget.
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sábado, enero 09, 2010
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