El sonido y la furia
William Faulkner
[1929]
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La frenética introducción nos cuenta ya la historia de ascenso y caída de la familia Compson, hasta llegar a cuatro hermanos, Benjamin, Quentin, Jason y Candace. En pocas páginas queda narrada la historia completa; lo que sigue es una compleja elaboración de los detalles, sentimientos y ópticas personales detrás de los sucesos. Cuatro secciones proceden, y el tono narrativo varía fuertemente, según el personaje.
La primer sección desde el punto de vista de Benjamin, motivo de vergüenza en la familia por su retardo mental. Abundan las obsesiones de Benjamin, sus lloriqueos sin causa, saltos temporales entre el presente y sus recuerdos.
"Me tuvieron la cabeza. Me quemaba por dentro, y comencé otra vez. Lloraba ahora, y algo me ocurrió por dentro, y lloré más, y me tuvieron hasta que dejó de suceder. Entonces me callé. Todavía daba vueltas, y entonces comenzaron las formas."
La segunda sección desde la perspectiva de Quentin, desfasada varios años respecto del resto, a su año de estudiante en Harvard. Quentin vive obsesionado con su hermana Candace y sus enredos amorosos que lo torturan. Si la sección de Benjamin es difícil de seguir, la de Quentin es imposible, carente de gramática, diálogos sin puntuación y saltos temporales, escritura extraida en directo desde el pensamiento turbado de Quentin. Para mi gusto, un poco demasiado, aunque como cumple su objetivo.
"entonces el te obligó a hacerlo era más fuerte que tu y él mañana lo mataré juro que lo haré papá no necesita enterarse hasta después y entonces tu y yo nadie deberá saber jamás podemos tomar mi dinero del colegio podemos cancelar mi matrícula Caddy lo odias no es cierto no es cierto"
La tercera sección se narra desde el punto de vista de Jason; como el personaje, trae los pasajes más claros de la novela, llenos de amargura y cinismo de quien "sostiene" a una familia y a unos criados negros que continuamente lo llenan de disgustos.
"No dije más, de nada sirve. He descubierto que cuando un individuo se encaja en un surco lo mejor es dejarlo estar. Y cuando a un hombre se le mete en la cabeza que debe decirle algo a uno por su bien, buenas noches. Me alegro de no tener esa clase de conciencia que hay que cuidar como a un cachorrito enfermo."
La cuarta sección es en narrador omnipresente, aunque centrado en la confrontación entre Jason y la figura matriarcal entre los sirvientes negros, Dilsey. Esta sección cierra la historia; aunque el final, como expliqué inicialmente, ya lo conocemos.
"Mientras el día pasaba velozmente arriba, los sucios ventanales resplandecían y se extinguían en fantasmal retrogradación. Afuera, por el camino, pasó un auto, mordiendo la arena. Luego, su sonido se perdió a lo lejos. Dilsey estaba sentada muy derecha, con la mano sobre la rodilla de Ben. Dos lágrimas se deslizaron por sus hundidas mejillas..."
Los dioses tienen sed
Anatole France
[1912]
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Excelente novela sobre la (i)lógica revolucionaria, ambientada durante el Reinado del Terror de Robespierre. Cuenta el ascenso de Evaristo Gamelin, joven pintor parisino, como miembro del tribunal revolucionario.
La paranoia, el desenfreno, y el descontrol se acrecientan hasta el grand finale, previsible, trágico, pero inevitable. Diría que en cierto modo es una novela precursora de otras reflexiones posteriores (estoy pensando en Animal Farm, el Cero y el Infinito). La dinámica revolucionaria fagocita hasta a sus propios instigadores.
"Sujeto a una mesa de pino sin barnizar durante doce o catorce horas al día, trabajando para defender a su patria en peligro, aquél humilde secretario de un comité de sección no advertía la desproporción entre lo enorme de su empresa y la pequeñez de sus medios (...) Era de los que, pacientes y entusiastas, después de cada derrota preparaban el triunfo inverosímil y seguro."
"Yo encuentro muy extraño que los franceses, tan decididos a no sufrir un rey mortal, no se resignen a perder uno inmortal, mucho más tiránico y feroz."
"Estaban los detenidos amontonados en las cárceles; el acusador público trabajaba dieciocho horas diarias. A los descalabros de los ejércitos, a los motines de las provincias, a las conspiraciones, a las intrigas, la Convención opuso el terror. Los dioses tenían sed."
"...reflexionando acerca de la inconsecuencia de las mujeres, cómo pasan del más ardoroso cariño a la más fría insensibilidad, cuán fácilmente sacrifican lo que han estimado y renuncian a lo que adoraban, sospechó que la encantadora Luisa pudiera desear que lo encarcelasen para librarse de él."
lunes, enero 12, 2009
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4 comentarios:
No recuerdo si leí El sonido y la furia, leí varios de Faulkner pero hace muuuuchos años, y me acuerdo de los climas, no de las tramas. El que seguro no leí es el de Anatole France. Tiempos realmente jodidos los que parece que trata.
hace mmuchos años ,cuando lo leí anoté un párrafo de "Los dioses" y aquí va.-esa misma edición,pág 110:"Epicuro decía: Dios quiere impedir el mal y no puede, o quiere y no quiere, o no puede ni quiere, o puede y quiere.-Si quiere y no puede, es impootente; si puede y no quiere es pererso;si ni puede ni quiere es impotente y perverso;Si puede y quiere, ¿por qué no lo hace?"No es un razonamiento aplastante, Reverendo señor? Contestación de Brotteaux al Rdo. Padre Longuemare.-.
rectifico comentario."qiere impedir el mal y no puede o puede y no quiere o no puede ni quiere o puede y quiere...
Si! esa cita te la tenía escuchada, me acordé al leerla, aunque pensé que a lo mejor lo tenías de algún otro lado
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