Por la tarde luego de una reparadora siesta, volvimos a pasear por la ribera del Moldava mientras atardecia. Pasamos por la casa danzante, un edificio nuevo re loco. Ya oscureciendo llegamos de nuevo a la parte más vieja. Cenamos en un restaurant a la orilla del rio, buena comida y ambiente a precio razonable, justo abajo del puente Carlos. Nos volvimos entonces para el depto, con el deber cumplido, listos para marchar a la mañana siguiente.
domingo, abril 22, 2007
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